Situacion de los vampiros

Situacion de los vampiros

¿Quién sabe cuando fue el comienzo de las andanzas de los no-muertos?, nadie, son tan antiguos como la misma magia. Hubo una época en la que dominaban el Mundo terrenal. Reyes, caballeros, clérigos, muchos de ellos fueron vampiros y marcaron un antes y un después en la historia que hoy se conoce pero…¿a qué fecha andamos rememorando?. Dícese que por el siglo V habitaba unos de los aquelarres de vampiros más grandes de toda la historia. Rumanía, concretamente Transilvania era su “territorito”.

Siempre se ha dicho que los vampiros eran de por sí, criaturas solitarias. El paso de los años, degrado la convivencia y algunos rebeldes se formaron entre las filas. El líder de los vampiros no podía permitir eso. Se decía que era el ser más sanguinario y cruel que había puesto sus pies sobre la faz de la tierra, Podlazk sentenció a muerte a aquellos que querían seguir con sus vidas como si la noche no les hubiera abrazado y queriendo eliminar sus antiguas costumbres. Los rebeldes fueron eliminados, pero vampiros recién creados escaparon hacia el oeste, huyendo de este ser, y creando un nuevo aquelarre con sus propias normas. No aceptaban las costumbres de sus creadores. ¿Por qué abandonar todo lo que fueron por crearse una vida nueva?, ¿matar a las victimas era éticamente correcto?, ¿alimentarse de iguales con menos de un siglo de edad era una practica adecuada?, ¿cazar magos y brujas con pureza de sangre era un hobbie apropiado?, no, para ellos no. Inglaterra fue su nuevo hogar, y poco a poco, su aquelarre fue tomando forma.

Podlazk reinaba en todo el este de Europa y los países bálticos, pero por lo visto algunos acontecimientos en el mundo mágico andaban haciendo que emigraran la población mágica a Inglaterra y aquello hizo que en sus planes se formase una pregunta. ¿Por qué no dominar las islas de los rebeldes?, tomando a su aquelarre formado por vampiros más antiguos que el pergamino en sí, emigraron a las calles de Londres, en busca de sangre mágica con la que alimentarse y saciar la eterna sed de poder.